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Jun 21, 2023

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Ni siquiera una olla cubierta de queso es rival.

Simplemente Recetas / Ilustración fotográfica de Wanda Abraham

Bienvenido a One Simply Terrific Thing, nuestra serie continua que destaca las pequeñas herramientas y artículos de cocina que mejoran la vida.

No entiendo mucho de lo que dice la Generación Z, pero sí sé lo que es un ick. La mía es una esponja sucia. ¿Hay algo más horrible que una esponja cubierta por una capa de comida y espuma? ¿Que luego tienes que pasar por todos tus platos mientras intentas "limpiarlos"?

Desafortunadamente, ninguno de los muchos trucos para limpiar o desinfectar esponjas nunca he encontrado que valga la pena. Creo que la única forma de asegurarte de tener una esponja limpia es cambiarla con frecuencia.

Mi señal de alerta es que tengo una necesidad compulsiva de cambiar mi esponja con frecuencia. Me abasteco en Costco y estoy muy ansioso por abrir un paquete nuevo cada vez que veo incluso una mota de comida en mi esponja actual.

Quizás mi familia come demasiado queso y masa madre, pero siempre parece haber un culpable común: trozos de queso derretido o masa de pan incrustados en el lado del estropajo de la esponja, lo que le da un nuevo significado a la frase "engomar las cosas".

Simplemente Recetas / Ilustración fotográfica de Wanda Abraham

Como desarrollador de recetas, cocino más que la mayoría de la gente, por lo que mi consumo de bizcocho puede estar algo justificado. Desde un punto de vista presupuestario y medioambiental, sabía que tenía que intentar reducir mi consumo excesivo.

Con frecuencia hago pedidos a Grove Collaborative y, en un pedido reciente, tuve la suerte de recibir dos estropajos de silicona de regalo. A primera vista, no pensé mucho en ellos. Son pequeños cuadrados de silicona firme que no parecían preparados para soportar los líos épicos que hago a diario.

Después de una olla de pasta con mucho queso, aprendí que las apariencias engañan. Decidí probar el raspador de silicona para ollas en mi desastre pegajoso y me sorprendió verlo manejarse con facilidad.

Agregué un poco de agua tibia para aflojar el queso y luego usé el raspador para sacar la comida pegada. Tiré los restos a la basura y me quedé con un bote bastante impecable para simplemente enjabonarlo y enjuagarlo con mi preciosa esponja limpia, que quedó sin una pizca de comida. Además, mi preciado Le Creuset no tenía ni un rasguño a la vista.

A $ 8,99 por un paquete de 10 (¡eso es solo 89 centavos cada uno!), son una compra obvia para lavar los platos más fácilmente. Cada uno dura muchos meses y salvará tanto tus bizcochos como tus utensilios de cocina. Abastécete y prepárate para (un poco) disfrutar lavando los platos.

CÓMPRALO:Rascador de ollas